CAMINO INICIÁTICO (secta destructiva) YUG-DO, LA VÍA DEL GUERRERO SOLAR ARTE MARCIAL DEL BAMBÚ

CAMINO INICIÁTICO  

En el año 2007, comencé una búsqueda de otra comprensión de la vida más afín a mi, y que en ella pudiera reconocer algún lenguaje resolutivo para expresar. Y así poder construir en base a esa forma, ante un mundo que me parecía superficial. No conocía ningún prejuicio social, ni aprovechamiento inadecuado de ninguna práctica, ni disciplinas alternativas. 

Vislumbré la parte positiva a través del estudio del Shiatsu, una forma de cuidado amoroso hacia los demás por la que sentí mucha curiosidad. Durante varios años, estudié técnicas manuales de masaje terapéutico, belleza natural,etc. 

Esta cosmogonía creada en base a la época originaria, necesidades y precariedad. Sus bases me resultaban interesantes para el estudio de las múltiples formas de cuidado del ser humano y concepción de la vida. Mi dedicación profesional como masajista se ha basado en las técnicas que aprendí en esos años, siendo acreditado para ello. Años más tarde, decido hacer un parón de dicha actividad. Con sensación de fracaso, quise introducirme en el estudio del Yoga, directamente relacionado con lo anterior.

Recibo la publicidad de una formación mensual a la que acudo. Era un curso mensual de tres o cuatro días que resultaba muy interesante. Sentía la necesidad de profundizar en esta práctica, a pesar de que se fue reduciendo por no lograr un grupo estable, que compensara la formación de tantos días.

Al mismo tiempo, me informaron sobre la posibilidad de realizar otros cursos como Medicina China o Acupuntura Cuántica. Probé y me interesó como estudio e investigación de otros conocimientos. Sumergido en este amalgama de conocimientos, se me empezaron a plantear un montón de “disfunciones” que podía solucionar y que no sabía que tenía. El profesor que luego se convertiría en mi maestro espiritual, tenía especial pasión y habilidad oratoria ,con la que fui sintiéndome cada vez más conectado. 

En seis meses, ya estaba en Yoga, Acupuntura,Yug-Do y escuela de Sabiduría (un estudio más profundo que era parte de las enseñanzas de Yug-Do abierta para todos). Yug-Do es una gimnasia psicofísica creada en base al Yoga, Arte Marcial y Chi-Kung como trabajo iniciático del que no tienes mucho conocimiento desde fuera. No sentía especial curiosidad por esta práctica, de la que no supe nada hasta que el maestro lo introdujo en una clase de Yoga. Me gustó y empecé a asistir a los encuentros mensuales de Yug-Do a las 5am. Observo que llevan cinturón, como en el arte marcial que todos conocemos. Invierten los colores, es decir, el cinturón negro es para el que se inicia y el maestro lleva el blanco. Me gusta la actitud de entrega de los compañeros, el trabajo individual y grupal a nivel energético,etc. 

Es una práctica muy completa con la que voy sintiéndome cada vez mejor. Su estructura perfecta me convence. Me voy enamorando del arte marcial, el cultivo de la energía vital es un trabajo individual. 

Esta práctica no está reconocido por ninguna federación, ni nada que lo acredite para entregar cinturón. Es la adaptación o creación individual de este profesor (un exmiembro de la Gran Fraternidad Universal). Con ella pretende seguir transmitiendo la obra de su maestro y formar iniciados. 

A los pocos meses, me ofrecen la posibilidad de realizar la instrucción para cinturón negro. Se basa en el aprendizaje de la serie de movimientos, encuentros con el maestro,etc. A partir de la imposición del cinturón , empieza el verdadero adoctrinamiento. 

Creo que el maestro vive “narcotizado” sin saberlo, distanciado de la realidad tras un título de supuesto guía espiritual. Finalmente, esta tecnología espiritual se traduce como un instrumento de utilización y destrucción de otras personas para alcanzar un falso objetivo de transhumanización. 

Los argumentos de libertad utilizados en pro del adoctrinamiento que niega, la sutilidad delirante con la que actúa, la belleza con la que supuestamente te conectas, no son más que el resultado de comportamientos aprendidos durante su pertenencia a la GFU. Tiene alumnos en Tenerife, México y Ecuador. 

A costa de una necesidad cocreada de autoconocimiento y procesos internos forzados, se produce un daño tan profundo, que me siento incapacitado para explicarlo y ser entendido. 

En otros estudios o cursos, se decía que nuestro única oportunidad en la Iniciación Solar (en la que te ves sumergido sin haber tenido conocimiento de ello), es el autoadiestramiento. Es una transformación que se produce a través de un ordenamiento que parte del cuerpo, sin perdernos en psiquismos, ni ideas. Hay que tomar la responsabilidad sobre sí mismo y trascender las emociones. 

La iniciación es como un segundo nacimiento, te conviertes en tu padre y madre. Y así, se consigue la auto-liberación. Frases como ésta se vertían en seminarios más profundos. Esto es sólo una pequeña muestra de todo lo que transcribíamos en sus cursos. 

Entras en un auto-psicoanálisis profundo, continuo y exhaustivo para evolucionar a través de los cursos de Astrología, Acupuntura cuántica y otros. La mente empieza a crear problemas. No sabía identificar la sensación desconocida al salir de estos estudios, ahora entiendo que se trataba del poder de sugestión al que éramos sometidos. Su perfecto manejo dialéctico, la confianza que se va ganando, somete desde la extraña creencia de autoresponsabilidad. Sus argumentos nos hicieron desear algo inexistente. 

En muchas ocasiones, hacía determinados comentarios sobre las actividades fuera del grupo de algunos miembros del grupo. Recuerdo que cuando entré, estando sólo en la formación de Yoga, hizo varios comentarios indirectos sobre lo que yo hacía. 

Según convenía, mostrando su aceptación o desaprobación. Lo cual era desconcertante. Cuando ya confías y bajas la autodefensa inicial, todos sus comentarios, discursos afectan internamente y siempre removían emocionalmente. 

Su sutileza y violencia pasiva en su comportamiento, forma de liderazgo paterno filial con cierto temor por su vuelta cada mes. Pues en cada comienzo de ciclo, el trabajo mensual en el grupo, aseguraba otra removida emocional que llegué a normalizar como parte de mi evolucíón espiritual. Sin descanso, durante todo el año.

CAMINO INICIÁTICO, HIPOTECA PSEUDOESPIRITUAL 

De alguna manera, cree que tras el paso a cinto estás bajo una especia de tutela por su parte. Considera que así le has dado “permiso” para romperte. 

Con qué frialdad introducía cuestiones personales en medio de un curso sin señalar directamente. Dichos comentarios provocan un malestar interno inaceptable, pero vas normalizando como parte del juego consciente del que eres víctima sin saberlo. 

Me sorprendía la incapacidad de réplica aunque interiormente quieras hacerlo ante estos comentarios, Consideraba fundamental el trabajo en grupo, las relaciones buenas o malas. El contacto entre nosotros dentro de este tipo de laboratorio consciente jerarquizado, acaba degradando dichas relaciones, e incluso rompiéndolas traumáticamente. 

Así fue como sucedió con mi relación sentimental con uno de los miembros más antiguos, que apenas pudo consolidarse como tal. El maestro se encargó de destruirla a base de sus particulares tácticas de manipulación, también con otras de sus relaciones anteriores. 

El sufrimiento causado por esta oposición ilícita, era tal que empecé a tener problemas de salud. Aparte de ello, el sólido compromiso con mi desarrollo espiritual , me servía de trampa para soportar todo lo que iba observando. Ya desde el primer mes, las minicrisis emocionales se fueron encadenando sin fin. Está normalizado en este ámbito como algo a lo que hay que enfrentarse. El guerrero espiritual ya no tiene problemas, sino pruebas que pasar. Verdaderas crisis psicológicas inducidas por esta tecnología pseudoespiritual, en la que siempre es el ego el que nos impide transcender. 

Y según él, como el iniciado no elige, sigue adelante. El Dharma o propósito, no es más que una hipoteca vitalicia. Servir a la Vida. En este caso, acaba siendo una forma de sumisión sutil. 

Cuando me alejé temporalmente, fue uno de los momentos más difíciles. Lo definiría casi como un shock. Sobre todo, los momentos lúcidos en los que me ponía en contacto con la realidad, y me preguntaba cómo pudo pasar. Cómo lo hizo. Cuando las ideas de la realidad coexisten con esa visión de vía iniciática, se siente mucha confusión. Lo que se pretende en la instrucción, entre otras cosas, es destruir los automatismos del “ego disfuncional”.

Recuerdo un día que me puse delante del espejo y no me reconocía. Me ubicaba desde fuera o algo parecido, percibía mi imagen poco nítida. Ni tomaba drogas, ni medicamentos. Empecé a desaparecer, sin exagerar aunque pueda parecerlo. Aún no sé cómo describirlo mejor, fue algo temporal. También empecé a sentir un extraño estado de paz, afortunadamente sabía que no era real. Poco tiempo después, ya estaba fuera del grupo. 

Apreciaba y respetaba al maestro. La entrega era absolutamente sincera, pero dejé de creer en él. La transferencia entre maestro y alumno alcanza unos niveles que se confunden con el afecto, con el amor. Llegas a posicionar dicho afecto en un lugar más privilegiado que a la familia. Es un proceso tan extraño y silencioso, que no encuentras explicación. Lo inexplicable y misterioso, se vuelve bello en este ambiente. 

Según él, la interacción con los miembros del grupo, es condición indispensable para evolucionar espiritualmente. Y si no te adaptas, el problema es tuyo. Se convierten en tu “familia espiritual”. Entre ellos puedes encontrar a tus verdaderos verdugos, personas que te admiran, y te observan contínuamente. 

La amalgama psíquica en la que te ves envuelto es, como ellos llaman, parte de un verdadero laboratorio consciente. El cansancio físico y psicológico al que nos sometía cada mes, estaba muy normalizado y si no “cumples”, de una manera o de otra, te harán sentir mal por ello. El nivel de compromiso personal con mi vida espiritual, se convirtió en una verdadera trampa. Me destrozó. Me rompió física, psicológica y espiritualmente. 

La conciencia despierta de la que él tanto habla, no es más que un conjunto de estado mentales alterados. La espiritualidad real y sus verdaderos fines, poco tienen que ver con ella. Las virtudes se vuelven en tu contra: idealismo, servicio, compromiso, pulsión interna por la investigación en torno a la espiritualidad. 

Esta perfecta tecnología pseudoespiritual es un arma camuflada como disciplina con múltiples beneficios. La utilización del término “volverse permeable al Ser” que, a priori resulta tan bella, no es más un eufemismo. Un estado mental alterado, en el que la personalidad queda anulada. 

Cuando un miembro de un grupo iniciático se compromete, se entrega, ya ha pasado por varias fases. Eso es precisamente algo fundamental para llegar a ser valioso en este camino. Hay que dejar atrás los deseos y por supuesto, los apegos. 

Admiras, bajas las defensas y empiezas a confiar. Ahí empieza la transferencia, y el cerebro se vuelve permeable a su sistema de creencias heredado de La Gran Fraternidad Universal. 

La Vía del Guerrero Solar, así define su aportación a la obra de su maestro José Marcelli, el cual fue gurú de la GFU. Su misión es crear grupo, formar iniciados para que siguen con la obra y prosiga el linaje de guerreros de la luz. Expongo unos hechos, y una experiencia para poner en evidencia que no todo está permitido en estos ámbitos. El abuso psicológico está normalizado. Ningún ser humano debe servir de instrumento para otro, y mucho menos en base a una entrega espiritual inocente. 

En la oscuridad de estos laboratorios psíquicos parece que, el que enferma es el sano, y el otro va mejorando aparentemente. El problema es que no puedes defenderte de algo que no sabes que te está sucediendo. La manipulación recibida te impide reaccionar externamente. Es algo parecido a la parálisis del sueño, te das cuenta pero no te puedes mover. 

Las secuelas psicológicas a nivel relacional me resultan preocupantes. Hablar con otras personas de esta experiencia es muy complicado. Cualquier tipo de apoyo es como un tesoro. Las relaciones y contactos perdidos dificultan aún más la recuperación. No hay ninguna experiencia anterior que puedas relacionar con ésta. Y eso hace más difícil poder asimilar lo que te ha pasado. 

En ocasiones, siento una desconexión a nivel social muy difícil de llevar. Aunque me relacione, la soledad interna está casi más presente que todo lo que pase a mi alrededor. Todo buscador espiritual es vulnerable puesto que, en este “mostrarse a sí mismo”, entrega su confianza y queda indefenso .

Idelfonso Sosa

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