CONSTELACIONES FAMILIARES

*CONSTELACIONES FAMILIARES (LA TERAPIA QUE ROMPE FAMILIAS)

Las así llamadas constelaciones sistémicas de Bert Hellinger, que recomienda como una terapia para problemas con familias y organizaciones, ahora son ofrecidas en más de 25 países de todo el mundo; son especialmente populares en círculos esotéricos y New Age. Han sido vendidos en estos países más de medio millón de sus libros y vídeos basados en esta suerte de terapia, la cual se supone que constituye una revolución en el campo de la psicoterapia.

Desde hace un par de años, las propias ideas reaccionarias de Hellinger han estado bajo severo ataque en su país nativo, Alemania, mientras que apenas existe crítica alguna en otros países. Los críticos alemanes apuntan a que Hellinger no sólo está intentando retroceder el reloj en décadas o incluso siglos de logros en la sociedad contemporánea, sino que también adopta habitualmente una actitud de lo más humillante hacia aquellos que vienen a él por ayuda. Todavía peor, muestra simpatía y compasión hacia dictaduras tales como el régimen de Adolf Hitler y su movimiento nacional-socialista. La mayoría de las enseñanzas y libros donde Hellinger es coautor que tratan sobre estos temas están disponibles sólo en alemán. Este artículo crítico sobre Hellinger quizás sea el primero en haber aparecido jamás en inglés y ofrece una breve reseña de su modo de terapia, así como un sondeo sobre las reacciones críticas a sus métodos terapéuticos.

Antecedentes

Recibimos en RedUNE  preguntas de diversas personas,profesionales e Instituciones que tienenn interés en saber más sobre la “terapia de constelaciones familiares” (TCF) y si los resultados reportados por sus proponentes eran ciertos. En este artículo especial reportamos los resultados de nuestra búsqueda de evidencia clínica que sustente la eficacia de la TCF.

Pregunta focalizada

La indicación terapéutica actual de la TCF es diversa y amplia. Va desde problemas de pareja, problemas familiares, abuso de sustancias y abuso sexual, hasta otras como anorexia nerviosa, intentos de suicidio y “todos los problemas psicológicos que tienen un origen sistémico”. Del mismo modo, el efecto terapéutico de la TCF se reporta en cuestión de horas, por no decir que en la inmediatez. En los textos que promueven la TCF no se especifica si este efecto es curativo, paliativo, o de rehabilitación, apelando más bien a la “resolución de los problemas”.

Nuestra pregunta en cuanto a la efectividad reporta de la TCF se focalizó de la siguiente forma: ¿Cuál es la eficacia terapéutica de la TCF en comparación con otras modalidades terapéuticas o farmacológicas para el tratamiento de problemas de origen sistémico en el corto plazo? Debido a que la metodología más común para evaluar la eficacia de modalidades psicoterapéuticas del tipo sistémico es el reporte de casos-control, se decidió enfocar esta pregunta en una revisión sistemática de cohorte.

Método de Búsqueda                    

Se realizó una búsqueda de publicaciones científicas en las bases de datos Pubmed, LILACS, NovoSeek, y MedlinePlus con los siguientes criterios de búsqueda:

  • Caso: pacientes de edad indistinta, que acudan a tratamiento de TCF bajo algún diagnóstico clínicamente determinado bajo criterios del DSM-IV o del CIE-10.
  • Control: pacientes correlacionables con el diagnóstico del caso, que haya recibido otro tipo de atención terapéutica a la TCF.
  • Evento: una variación no significativa o empeoramiento en el diagnóstico del padecimiento tratado.

Nuestra búsqueda en las cuatro bases de datos arrojó un total de doce publicaciones, de las cuales 11 hacían referencia al término “constelación familiar” como una definición dentro de la psicología sistémica, y no como una modalidad terapéutica, mientras que una de ellas reportaba una correlación sin grupo control y sin especificar si se utilizaba la TCF o se describía una constelación familiar entendida desde la teoría de sistemas.

En una segunda búsqueda, sin brazo comparador (control), no se encontró ninguna publicación que reportara la TCF como una modalidad terapéutica.

Cabe señalar que para evitar sesgos en la búsqueda, se buscó en todas las bases de datos, tanto en castellano como en inglés, con los mismos resultados.

Resultados de la búsqueda

Nuestra  búsqueda en  bases de datos fue infructuosa, por lo que no hay evidencia clínica de la TCF a la fecha que permita fundamentar su eficacia clínica. Ante la falta de evidencia, se recurrió a una búsqueda de bibliografía.

En esta búsqueda se encontraron 330 libros con el título de “Constelaciones Familiares”, de los cuales, el 90% los mismos señalan las publicaciones del autor Bert Hellinger como el fundamento de la efectividad de la TCF.

En una segunda búsqueda en las bases de datos, se decidió buscar artículos publicados por “Hellinger, B”, “Hellinger, Bert” o “Hellinger, Robert”. No se encontró un solo artículo científico con el nombre de este autor.

En una tercera revisión, se buscaron referencias bibliográficas con la autoría de “Bert Hellinger”, de 1980 al 2000 sin encontrar un solo libro en castellano al respecto. Cabe destacar que de los 330 libros identificados en la base de datos bibliográfica, en 243 se hace referencia explícita de que la TCF fue desarrollada en le década de 1980.

Del año 2000 a la fecha de esta revisión sistemática, se encontraron 4 libros con la autoría de “Bert Hellinger” y con el tema “Constelaciones Familiares”. En estos libros, se encontró un total de veinticinco casos donde el uso de la TCF es reportado, todos señalando efectividad terapéutica del orden de la remisión de los síntomas. Sin embargo, la metodología de cómo se seleccionaron los casos, el tamaño de la muestra para considerar los casos reportados como significativos, y los comparadores utilizados para validar la eficacia terapéutica no están documentados. Del mismo modo, ninguno de los 25 casos reportados es descrito con criterios del DSM-IV o del CIE-10, impidiendo identificar exactamente el cuadro diagnóstico de los casos atendidos.

Discusión y limitantes

 En esta revisión sistemática no encontramos estudios  clínicos publicados que aporten el nivel de evidencia suficientemente confiable para considerar la TCF como una psicoterapia de efectividad comprobada. Sólo se cuentan con 25 casos reportados por el creador de esta modalidad terapéutica sin la descripción metodológica de por qué se considera esta muestra como significativa.

La falta de evidencia clínica y la pobre disponibilidad de referencias bibliográficas (nótese que de 330 libros,  el 90% citan los trabajos de un mismo autor) más allá de los cuatro libros de Bert Hellinger nos impiden considerar la TCF como una psicoterapia de corte clínico.

Basados en estos hallazgos, no se recomendaría hacer uso de la TCF por ningún  motivo dentro del entorno de la asistencia sanitaria. La TCF no pertenece a la Psicología Clínica. La TCF no debe ser confundida por el el término sistémico “constelación familiar” la cual sí es utilizada comúnmente dentro del campo de la clínica de terapia familiar y de pareja. Todo paciente que acuda a TCF debe ser advertido por su practicante que la TCF no tiene eficacia clínica comprobada.

Esta revisión sistemática deberá ser replicada por psicólogos germano-parlantes, ya que el origen Alemán del autor citado puede haber sesgado y reducido el número de publicaciones disponibles.

Bibliografía

Bert Hellinger, Graciela Lauro , Las constelaciones familiares- reconciliacion con el origen y el destino. Omeba, 2006

Bert Hellinger, El intercambio: didáctica de constelaciones familiares, Rigden Institut Gestalt, 2006

Bert Hellinger, Víctor Bassini, Raquel Schlosser de Bassini,  La paz inicia en el alma: constelaciones familiares al servicio de la reconciliación. Herder, 2006

Bert Hellinger  Si supieran cuánto los amo. Herder, 2003

CESAR ANDRES MONROY FONSECA(Actualidad Clínica en Psicología)
 
ALGUNAS RESPUESTAS A PREGUNTAS.

 

La experiencia subjetiva individual en este tipo de talleres puede ser enriquecedora dentro de su propio marco de expectativas. Es como si yo le doy un curso de francés de 1 hora, y luego le aplico un examen de francés. ¡Por supuesto que va a ver que sí aprendió algo! Sin embargo, eso no significa que ya sepa francés.

La escisión mente-cuerpo, y razón-corazón son artilugios que los charlatanes utilizan para convencer a incautos del funcionamiento etéreo de técnicas que no pueden comprobarse. Independientemente del “a mí me funciona”, no podemos asegurar que algo hace lo que dice hacer basándonos en testimonios. El mote de “terapia” no cabe en las constelaciones familiares. Es más bien, un ritual espiritual, lo cual es muy respetable, pero no una herramienta terapéutica, a menos que lo demuestre, lo cual a la fecha no ha sucedido.

Estupendo artículo. Veo con preocupación el modo en que las Constelaciones Familiares se extiende entre los psicoterapeutas. A mi juicio, es básicamente otra forma de “large group therapy”, altamente dramática, intensa y aparentemente eficaz; es lo mismo que “est” y demás métodos heredados de los 70 sólo que con un contenido new-age compatible con la mitología contemporánea. Por no hablar de las curiosas afirmaciones de Hellinger sobre Hitler y el nazismo.

La rápida difusión de esta pseudoterapia  se atribuye a dos factores:

1. El económico, al poder facturar a cada participante de forma independiente, permitiéndole al “terapeuta” embolsarse una cantidad obscena de dinero por sólo hacer una farsa grupal”, y

2. La falta de formación metodológica en varias facultades de psicología, hace que muchos psicólogos sean demansiado crédulos y confiados de aquello que les suena atractivo, pero sin verificar el rigor científico de las terapias que surgen.

Es bastante sencillo demostrar que los zahoríes no encuentran nada con varitas de fresno (o avellano, ni en eso se ponen de acuerdo) o pendulitos. Y es muchísimo más sencillo demostrar que los que dicen que "ven el aura" no la ven... bueno, es sencillo si usted consigue que alguno de estos desvergonzados acepte participar en un pequeño experimento, cosa que no suelen hacer porque se les cae el negocio.

Pero lo de las "constelaciones familiares" suena más extraño para el público en general. ¿Qué es?


 

Según su propia biografía, Bert Hellinger es un ex-sacerdote que se interesó por el psicoanálisis y luego se empapó en toda la panoplia de psicoterapias de moda que hoy ya casi nadie recuerda (como la "terapia del grito primario", la "terapia Gestalt" –no confundir con la teoría gestalt de la percepción–, el "análisis transaccional" y otros muchos enfoques) y que comparten dos características cuando menos inquietantes: son todos contradictorios entre sí, y todos se presentan como "la verdad" en la comprensión del comportamiento complejo sin aportar pruebas científicas de sus aseveraciones.

A partir de esto, Hellinger desarrolló su propia terapia, distinta de todas las demás y presentándola... como la verdad en la comprensión del comportamiento humano complejo: las "constelaciones familiares".

Lo curioso es que si uno revisa el apartado de "constelaciones familiares" de una organización como la Asociación Española de Constelaciones Familiares Bert Hellinger o va al sitio de la autoproclamada experta Vedanta Suravi (que estudió esta especialidad en la "Universidad Osho" además de ser médium y otras monadas), a constelaciones.org o incluso al sitio de Constelaciones México que es la empresa encargada del curso en Granada, apenas encuentra explicaciones vagas del tema y un poco de los mecanismos que emplea la terapia sin que quede claro cuál es la hipótesis de las constelaciones familiares y cómo sabemos que son ciertas.

Probablemente no lo explican porque temen que hablar claramente sobre lo que propone Hellinger les ahuyente algo de clientela.

Las constelaciones familiares

Segun Hellinger, las familias están formadas por "energía" que conecta a los miembros del grupo (no dice qué energía ni cómo lo sabe). Según él (a partir de sus años como misionero entre los zulús, probablemente) los grupos "primitivos" conocen el orden de ese sistema, pero nosotros, los modernos tontos, hemos olvidado ese conocimiento ancestral que él ha redescubierto y que ayuda a darle salud y resistencia a todos. La terapia de "constelaciones familiares" pretende reinstalar en la red energética a los miembros que se han excluido y restaurar el "orden natural".

Todo esto suena, cuando menos, altamente cuestionable. Pero Hellinger ha decretado que esto no se puede estudiar científicamente, de modo que tenemos dos opciones: le creemos porque es convincente y simpático o no le creemos, pero no podemos saber nunca si dice la verdad. Es la gran coartada del mentiroso, y muy frecuente en el mundo de las pseudoterapias y el esoterismo en general.

Pero las propuestas de Hellinger se vuelven más delirantes y estrafalarios al profundizar en ellos. Según Hellinger, estas misteriosas energías que vinculan a los miembros de la familia son capaces de hacer cosas muy extrañas. Todos sabemos que los menores tienden a imitar a los mayores (por eso las sociedades buscan establecer "modelos de conducta" adecuados, aunque luego a los jóvenes les parezca más emulable Marilyn Manson que Justin Bieber), pero Hellinger asegura (sin decirnos por qué) que esa emulación o imitación, debida a la tremenda energía misteriosa, puede llegar a cosas como que una niña desarrolle la misma enfermedad que una tía suya que fue excluida de la familia, o que uno puede incluso estar afectado por una desgracia juvenil secreta de un abuelo al que ni conoció porque murió antes de nacer uno. Esto se parece, por supuesto, mucho a tonterías similares que emplea Alejandro Jodorowsky en lo que él llama "psicogenealogía" para embaucar a la gente con sus indemostrados "poderes curativos": el "destino" se hereda como se pueden heredar los ojos verdes o la tendencia a la calvicie.

Adicionalmente, en su creencia de un "orden natural", Hellinger establece jerarquías basadas en quién llegó antes a la familia, lo que llama "órdenes del amor". Para que "el amor fluya" (¿el amor fluye?) debe darse de los superiores (padres, hermanos) a los menores, en vínculos desiguales. El padre es la cabeza de la familia y los demás deben someterse y responder ante él, en un patriarcalismo trasnochado que gusta a quienes se pueden beneficiar de él, tiranos porque "lo dice Hellinger", quien sólo exalta el derecho de todos a pertenecer a una familia. Pero en las "constelaciones" dedicadas a tratar problemas de pareja, habitualmente la culpa recae sobre la mujer, como señalan algunos críticos (ver nota al final) y la resistencia a la autoridad "natural" puede ser incluso causante de cáncer. En todo caso, está convencido de que todo problema actual de toda persona tiene sus causas en el pasado, así sea remoto, de su familia. Una reformulación del bíblico "castigaré los pecados de los padres en los hijos" del libro del Éxodo, o una recreación del pecado original, dos cosas muy adecuadas en el entorno de la creencia religiosa islamojudeocristiana, pero que no tienen ningún sustento contrastable.

Sobre esta base de suposiciones místicas, ocurrencias sin bases y una visión mágica de la vida, Hellinger construye una terapia en la cual se reúne a un grupo de personas que en sus grandes shows pueden ser de varios cientos de entusiastas, y una de ellas designa al azar a algunas de las demás como representantes de cada uno de los miembros de su familia inmediata y se desarrolla un pequeño psicodrama sobre el tema del conflicto. Entonces se genera la energía mágica llamada "Campo del conocimiento" y la víctima descubre la verdad guiada por el terapeuta y resuelve sus conflictos emocionales y sus problemas de salud.

Con la enorme carga mística que tiene, su idea de energías extravagantes y su neoprimitivismo, Hellinger se convirtió pronto en uno de los iconos del New Age y sus creencias más delirantes, y su pseudoterapia fue adoptada por los creyentes en el new age con enorme pasión. Las constelaciones familiares se estudian en organizaciones aprobadas o propiedad de Hellinger  Como creencia es respetable, mientras no perjudique a nadie, pero el caso es que sí puede perjudicar a personas al ofrecerles algo que no puede entregarle (si pudiera, lo demostraría en condiciones satisfactorias) y en el proceso sacarles dinero. Pero como ciencia, como algo digno de ser enseñado en las universidades como si fuera verdad, es inaceptable. A menos que se enseñe también la astrología, la lectura del tarot y la comunicación con los espíritus, con lo que el objeto esencial de la universidad, difundir el conocimiento, se convertiría en la difusión de creencias irracionales, falsedades demostrables y supersticiones descabelladas. Algo así como una religión.

Los defensores de esta práctica se fundamentan en otra práctica sin aval científico, la llamada resonancia mórfica, que sostiene que el destino de una persona se conecta con el de sus antepasados (algo similar a lo que defiende otra pseudoterapia: el reiki). La idea es que existirían misteriosas interconexiones de tipo telepático y de memoria colectiva entre organismos dentro de las especies.

Pseudoterapia sin ninguna evidencia científica 

Las 'dinámicas' que se desarrollan en las constelaciones familiares no tienen ningún aval científico, igual que ocurre con el reiki o la medicina ayurvédica. Y, como estas pseudoterapias, afirma tener efectos 'sanadores' sin ninguna evidencia que proceda de un método científico. 

“La historia de las constelaciones familiares es como la de cualquier pseudociencia: una persona sin formación alguna, con ideas sacadas de la manga y delitos”, nos dice Ramón Nogueras, psicólogo, divulgador y autor del blog Sesgo de confirmación.

Para Nogueras, las constelaciones familiares son la suma de la “mezcla de chamanismo con las ideas psicoanalíticas de Jung (una pseudociencia)”. “No tienen nada que ver” con otro tipo de terapia con aval científico, añade finalmente este experto.

Bajo esta pseudoterapia, los seguidores osan atribuir causas místicas, inconexas y mágicas, a problemas graves de salud como el cáncer o trastornos de alimentación. O incluso llegan a afirmaciones tan polémicas como la última que dice que “la mujer violada no es una víctima sino que elige este destino como parte del proceso de poner orden y equilibrar el sistema familiar”.

 

Frente a afirmaciones como esta, el Colegio Oficial de Psicología de Madrid se posicionaba absolutamente en contra de pseudoterapias consteladoras. No existe ningún tipo de estudio riguroso que avale su eficacia porque no han sido nunca contrastadas como una terapia eficaz para nada. 

El colegio añadía en su comunicado que en los casos en los que da algunos resultados aparentemente positivos, “estos se asocian más a procesos de sugestión y empatía que a verdades contrastadas”. Otros puntos débiles de esta pseudoterapia es que, para realizarla, no es necesario ser un especialista psicólogo. 

Así cualquier persona si cualificación como profesional de la psicología o estudios específicos puede convertirse en un constelador. Además, mantienen una visión muy conservadora de la familia, con técnicas sin evidencia científica. 

La Sociedad para el Avance del Estudio Científico del Comportamiento (SAVECC) califica de prácticas como la de las constelaciones familiares de “eficacia cuestionable” por su escasa evidencia científica y su propuesta de fundamentos esotéricos. 

                                        

Una sarta de barbaridades

Una afirmación que, por cierto, contaba en la noche del 9 de enero con 678 “me gusta”. Y que continuaba así en el texto bajo la imagen:

“Detrás de una violación hay una dinámica inconsciente familiar oculta que trata de poner orden y equilibrar el sistema familiar.

Y muy probablemente a esa violación hayan precedido otras violaciones de mujeres del sistema familiar, aunque no se sepa o sea [sic] haya mantenido en secreto, ya que muchas veces son hombres de la propia familia los perpetradores.

La mujer violada es la que se ‘ofrece’, se ‘sacrifica’ por amor ciego a alguien de su sistema familiar para devolver el equilibrio.

Te pongo un caso real: una mujer odiaba a los hombres y no quería saber nada de ellos, aunque estaba casada con uno. Su marido abusaba sexualmente de la hija de ambos. La hija se ofrecía al padre para evitar que éste se fuera y abandonara a su madre. El deseo de la hija de que sus padres estuviera [sic] juntos y de demostrarle a su madre que se puede amar a los hombres era permitiendo ser abusada por su propio padre”.

Las redes sociales, ardiendo

Como hemos señalado, la primera alerta vino desde Argentina, donde Pablo G. Salum, muy conocido en el país por su denuncia pública de las sectas (como fundador de la Red LIbreMentes), publicaba en su cuenta de Twitter“¿Se comprende porque las constelaciones familiares son una pseudo práctica coercitiva perjudicial para la salud?”.

Y llamaba a denunciar la cuenta de Graciela del Campo Vara en Instagram. Aunque algunos usuarios de Twitter contestaron que ésta había sido la respuesta de la popular red social a las denuncias: “es probable que esta cuenta no incumpla nuestras Normas comunitarias”.

A su llamada acudió, en primer lugar, el psicólogo Carlos Sanz, que publicó un tuit en el que, entre otras cosas, se pregunta: “¿Qué tiene que ocurrir para que el Ministerio de Sanidad intervenga contra esta gente? […] ¿Para que las radios y televisiones de todo el país dejen de promocionar a estos individuos? ¿No es obvio?”. Así alude también a la responsabilidad de algunos medios de comunicación.

Por su parte, Luis Santamaría, de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), consciente del potencial dañino de esta pseudoterapia cada vez más extendida, publicaba un tuit reproduciendo la frase inicial de la gurú y aña diendo simplemente: “Esto es lo que enseñan en Constelaciones Familiares. Y es legal”.

Un pensamiento perverso

Santamaría aprovechaba, en un tuit posterior, para citar un artículo de hace unos años donde Angelo Fasce muestra “lo que no se cuenta” de las Constelaciones Familiares. En él puede leerse el siguiente fragmento de una obra de Bert Hellinger, el inventor de esta pseudoterapia:

“Si usted se ha confrontado con una situación de incesto, una muy común dinámica es que la mujer no ha cumplido con su marido, ella rechaza mantener relaciones sexuales. Luego, como compensación, la hija toma su lugar… Como ve, en el incesto, hay dos perpetradores, uno en la sombra y uno al descubierto. No puede resolver el problema a menos que salga a relucir el perpetrador escondido… La hija dice a su madre: ‘Lo hice por ti’. Y ella puede decir a su padre: ‘Lo hice por mamá’… Si quiere pararlo (el incesto), esta es la mejor manera, sin acusaciones. Si se lleva el perpetrador a la justicia, la víctima expiará por lo que se le ha hecho al perpetrador”.

Éste es el comentario que, por su parte, hace Fasce:

Y así es como las constelaciones familiares exculpan a un padre que abusa sexualmente de su hija, cargando la culpa en la madre -caracterizada como una mala esposa frígida. Predicando que para solucionar la situación el violador no ha ser llevado ante un tribunal, y que la única terapia que necesita la niña es asumir que “ella lo hizo”, cargándola también de culpa y, de paso, humillándola.

Es tan extremo todo, que la terapia para estos casos implica un juego de rol público en el que alguien personifica al violador. La mujer que ha sido violada ha de arrodillarse al frente suyo, darle las gracias a su agresor por haber podido vivir esa experiencia con él, y pedirle perdón por haberlo culpabilizado. La escritora Elisabeth Reutter, que sufrió abusos en su infancia, cuenta que cuando fue sometida a esta performance sintió que estaba siendo despojada de los últimos retazos de su dignidad humana -en palabras de Hellinger: “El perpetrador debe recibir el ‘debido respeto’ antes que la víctima pueda establecer relación con otro alguien”.

 

 

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