INSTITUTO DEL VERBO ENCARNADO: Testimonio y Denuncia.

A la edad de 18 años ingreso en el Instituto de religiosas SERVIDORAS DEL SEÑOR Y LA VIRGEN DE MATARÁ, perteneciente a la Congregación del Verbo Encarnado, luego de los años de iniciación en la vida religiosa como noviciado y estudiantado (realizados en Brasil y Argentina).Posteriormente viene enviada a España en el 2004, permaneciendo en dicho Instituto religioso desde el año 2004 al 2018.

Siempre se me ha enseñado en dicho instituto que al hacer voto de pobreza nada nos corresponde de manera personal, por lo que todos los años que trabajé en la diócesis de Tenerife y en la diócesis de Vic, aunque ambos nos brinda una ayuda mínima económica a la congregación por nuestro trabajo en la diócesis, jamás he recibido una paga de mi labor, aunque nunca me queje por ver esto normal, ya que, por hacer los votos de pobreza no nos corresponde tener ningún tipo de bienes.

Al tramitar mi nacionalidad española me doy cuenta, que el instituto no hace aportes a la Seguridad Social, por lo tanto, ahora mismo me veo en una situación perjudicada en que nunca he cotizado, es decir, sin una posible jubilación, sin haber recibido una experiencia laboral y sin estudios, ya que, los estudios que nos ofrecen no tienen validez alguna.

Desde el año 2004 a 2011, estuve trabajando en una casa de acogida para ancianos pertenecientes a la diócesis de Tenerife, donde, obligatoriamente teníamos que estar de las 9:00 a 13:30 y de las 16:00 a las 20:00, las funciones eran: atención a la recepción, atención en las horas de comedor, compañía a las personas mayores, vigilar el andamiento de la casa en el caso en que no se encontraba el personal administrativo, las funciones litúrgicas, etc.

En el año 2005 aun viviendo en Tenerife, pido a la entonces superiora no realizar los votos perpetuos(definitivos),pues no me encontraba a gusto en el Instituto y con dudas de querer seguir en la vida religiosa, pido esperar un año más para pensarlo, no me concedió esperar diciéndome que tenia obediencia y si no le diera un motivo gravísimo para no hacerlo que obedeciera y lo hiciera(veo aquí un abuso de autoridad, pues no lo hice libremente, ella me había negado el derecho a decidir en algo que para una Institución religiosa es una decisión definitiva)

PRIVACIÓN DE LIBERTAD.

En el año 2011 por un agotamiento físico y anímico bajo medicina para dormir, me envían a la Diócesis de Vic, a una comunidad que atiende a la Catedral de Vic.

Inmediatamente planteo mi salida definitiva del Instituto religioso a la superiora de esa comunidad, afirmándole que anímicamente no me encontraba bien, había bajado mucho de peso, ya no dormía, no contaba con fuerzas físicas para seguir, es decir, en definitiva, quería replantear mi vocación e irme. Su respuesta fue lo que yo me esperaba, tenía ya los votos perpetuos, me había comprometido con Dios y no podía ahora traicionar la vocación que él me había dado; que lo que a mí me pasaba era una crisis, nada más, como solución me daban a leer libros espirituales y hablar más a menudo con sacerdotes, ya que, todo esto no pasaba de una tentación del demonio para dejar el Instituto.

A poco me fui dando cuenta de que nunca seria escuchada ,que todo planteamiento para dejar el Instituto no pasaba de una simple tentación y no te dejaban seguir hablando del tema,pues consideraba una falta de fidelidad a Dios.( y es por eso por lo que insisto en que hubo manipulación de conciencia y abuso de autoridad, sobre todo en los intentos de diálogos con mis distintas superioras al intentar explicar mi agotamiento físico y anímico, y querer plantear mi salida, era contestado que Dios quería ese sufrimiento para mí, por lo tanto lo debía soportar).

En el 2015,estado aun en la comunidad religiosa en Vic, trabajando en la Catedral de Vic empecé a sufrir de ansiedad y depresión (lo que conllevaba insomnios, no poder comer y no llevar una vida normal) se me hizo insoportable llevar la vida religiosa, vuelvo a plantear la salida de la vida religiosa a la que mi superiora local María Agnus Deis y a la entonces superiora provincial María Salut, ésta a su vez me decía que lo estaba intentado era llamar  la atención, que no padecía todo eso y que solo de mí dependía mejorar. Decido por lo tanto entrar en contacto con la superiora general en Roma, para plantear mi salida definitiva, pues aquí en España no estaba  siendo atendida.

Me hacen un tratamiento médico psiquiátrico de tres años (2015-2018),a principio accedí, pues no me encontraba bien, al cabo de unos meses ya no lo veía necesario, y me sentía obligada, pues seguía encontrándome física y anímicamente mal, pero me daba cuenta de mi modo de vida allí era lo que me estaba haciendo mucho daño, y al no ser atendida aquí en España, hice varios intentos de hablar con la superiora general (Roma) que es la máxima autoridad del Instituto.

En el año 2017, había perdido 20 Kg., me encontraba física y anímicamente peor que antes (quiero aclarar que tenia los votos perpetuos y no se nos concede actuar ni tomar decisiones sin el parecer de la superioras, se me había agotado todos los intentos y las posibilidades de dialogo con la superiora general para tratar mi salida definitiva).Me hizo un gran daño el hecho de no atenderme correctamente, a no acceder a lo que yo solicitaba. Abusaron de su autoridad como superioras a quien yo tenía que obedecer en todo, y manejaron mi persona a su parecer y con ello gestionaron mi propia vida; en conclusión, humanamente me dejaron en el límite del abismo. Me obligaron asistir durante casi tres años a un psicólogo, cuando lo que so quería era resolver mi vida dentro del convento e irme.

En el mes de febrero estando aún en la comunidad de Vic tomé una dosis de pastillas con el intento de poder dormir, no quería seguir llevando una vida así, quería irme, y no era libre de coger mis cosas sin antes comunicarme con las superioras, escribir una carta y  que te dieran el permiso para ir: todo esto transcurrido  casi tres de intentos, me agotó mentalmente y me desesperaba el hecho de no ser atendida como corresponde.

Aunque la dosis que había tomado era únicamente con el intento de poder dormir y olvidar por un momento lo que estaba pasando, fui ingresada en el Hospital de Vic y luego en una clínica de Barcelona.

Mis superioras me han acusado de suicida por ello, y yo les acuso de haberme silenciado durante los tres últimos años privándome de mi libertad. Aclarando una vez más que una religiosa de votos perpetuos no puede tomar decisiones sin consulta previa, sin esperar el visto bueno de sus superioras, ellas a su vez siempre me afirmaron que tenía vocación para estar en el Instituto aun estando enferma, que no podía traicionar y ser infiel a mi vocación y a Dios y dejar el Instituto y con eso me hicieron a que llegara a mi limite.

ABUSOS DE AUTORIDAD, PRIVACIÓN DE LIBERTAD Y VIOLENCIA PSICÓLOGICA.

Al ser llevada a la clínica de Barcelona, pasados unos días el doctor que me atendía había ordenado que me llevaran a casa y en todo caso que  trasladaran a la misma clínica, para vigilar por  la noche el sueño, pues yo no estaba para seguir ingresada de forma permanente.

Por mi parte implore (tanto a la superiora local Agnus Dei cuanto a la superiora provincial María Contemplación) salir de allí y no me dejaban, me decían que tenía que obedecer.

Di permiso a que una persona para recibir información sobre mi estado de salud, a mi superiora local (María Agnus Dei), sin embargo, varias veces llamo a la Clínica pero al no identificarse lógicamente no se le daba información. Ella  por su parte escribía mensajes a mi hermano en Brasil instándole a que viniera a  España, pues la Clínica solo daría información a familiares.

Relato brevemente lo acontecido en su momento:

-Por orden medica debía salir 15 minutos cada día, Agnus Dei amenazo al médico con llamar a la policía si me dejaban salir.

-Me difamo ante esa misma clínica y a mi hermano, con una acusación por intento de suicidio.

-Remitió mensajes a mi hermano en el que solicitara mi incapacidad en Brasil y fuera  mi tutor sin presentarle informe médico alguno.

Me trasladan contra mi voluntad a un monasterio (a un monasterio no se puede ir contra la voluntad, es un estilo de vida que yo no había elegido vivir, allí se lleva una vida de silencio continuo, encerrada sin poder salir en ningún momento del día) les rogué, pues estaba pasando por momentos de ansiedad y depresión y no podría llevar una vida así, me repetían que tenía que obedecer.

Estando en dicho lugar solicito comunicarme con mi hermano y entonces me entero de las decisiones de mis superioras relatadas anteriormente, me siento totalmente confusa y  la sensación de locura, no poseyendo por mi parte ningún informe al cual tengo derecho.

Me responden que no está bien, no pensaba correctamente, no tenía capacidad de decidir, no era consciente de lo que me acontecía. Por mi parte insistí muchas veces a que contestaran a mis preguntas.

Después de insistir mucho vuelvo a Tarragona, pero con la amenaza de volver al monasterio. Pido una cita con el psiquiatra que me había estado llevando esos tres años, le explico todo lo ocurrido, la decisión de incapacitarme, etc. y no me contesta absolutamente nada al respecto, en el mismo momento me quita las pastillas que venía tomando. Literalmente me dice:”no necesitas pastillas, a partir de hoy volverás a la consulta cuando veas que realmente necesitas”. Mis superioras me obligan a volver a la consulta, a pesar de negarme varias veces, llevándome contra mi voluntad me siento coaccionada de forma coercitiva.

Con mucho miedo de lo que me pueda ocurrir, informo a la superiora general (Roma) sin respuesta alguna. Llevando varias semanas en Tarragona y sin avisarme pretenden trasladarme en coche al monasterio, me niego a ello. Me amenazan y me prohíben acercarme al arzobispado.

Me informan que me darán la salida definitiva si firmo una carta escrita por ellas como si fuera propia, los intentos de coacción siguieron hasta que amenace con contar todo.Finalmente conseguí  que aceptaran mi decisión.

Después de 20 años en la orden, 14 de ellos trabajando con ellas en España, con total obediencia, no he poseído bien alguno, mis amistades solo del Instituto, he tenido que buscarme alojamiento sin ninguna ayuda. Me quitaron el médico privado ya que cuando llegue a España nos dijeron que no podíamos tener tarjeta sanitaria de salud.

Finalizo mi testimonio y denuncia pública, haciendo constatar que el Instituto del Verbo Encarnado, no cumple con la veracidad de las informaciones que transmiten a sus miembros, pues nos inculcan un modo de vivir bajo total obediencia, niegan muchas veces el dialogo y no atienden cuando planteamos la salida del mismo. Nos han ocultado los abusos sexuales por parte de algunos responsables, así como la condena por parte de la Santa Sede, a su fundador.

NOTA de la Redacción:

Desde RedUNE ayudaremos a cuantas personas hayan sido victimas del IVE. Agradecemos este valiente testimonio.

Correo: redunecontacto@gmail.com

 

 

 

CONFIDENCIAL

Cualquier información que nos quieras enviar de un grupo sectario. Enlaces en Redes Sociales ,webs, videos, fotos, etc. Tú anonimato quedara protegido