“Porqué no terminar con la vida aquí”

Esa idea se me pasó por la mente mientras contempla el atardecer por un balcón. Tenía menos de un mes de haber dejado la secta católica de los Legionarios de Cristo a la cual había pertenecido por dos décadas. Mis años de juventud se habían esfumado esclavizado en cuerpo y alma, obedeciendo en todo las directrices del depravado sexual Marcial Maciel y sus secuaces, diciendo que obedecida al mismo Dios.

Pasé todo el período de “formación", como ellos le llaman al lavado de cerebro que dan a los miembros que buscan sinceramente una experiencia espiritual, en Europa sin regresar a mi país un solo día, aun cuando mi madre estaba enferma y mis hermanos se casaban, a ninguno de esos acontecimiento se me permitió asistir. Todo eso era para evitar las tentaciones “mundanas” y cortar con los lazos que no eran espirituales, porque mi “nueva familia” (La secta legionaria), me daría todo lo que necesitaba especialmente mi conexión con mi ser. Desde que entré, no permitían salidas al exterior porque estábamos en proceso de purificación. En los dos primeros años de “formación” que le llaman noviciado, sólo podíamos hablar con nuestros seres queridos tres veces al año. Les escribíamos cada 15 días y toda nuestra correspondencia era abierta y leída, para saber si había algo que interfería en nuestra nueva “santa” forma de pensar. Leíamos más cartas, que supuestamente había escribido Marcial Maciel de línea espiritual, que el mismo Evangelio. Cuando algún miembro de la congregación la dejaba, salía de madruga sin despedirse con la excusa de que era mejor así para no causar escándalo. No teníamos permiso de comunicar a otro compañero nuestras dudas y luchas, sino sólo a los superiores que eran “la voz de Dios”.

Maciel era el modelo a seguir y el “santo” incuestionable. Todo el que aspiraba a ser sacerdote Legionario, tenía que seguir su ejemplo. Era idolatrado en todo y en torno a su figura se inventaban muchos mitos como qué si leía los pecados, qué el podía saber si tenías vocación o no y podía leer tu futuro. Etc. Todo eso era ampliamente conocido y avalado por esferas superiores en la curia de la Iglesia Católica.

El Vaticano tenía décadas de recibir denuncias en contra de Maciel, pero él ya había creado una red de compra de voluntades al interior de la Santa Sede que lo protegían constantemente. Fue hasta el 2009 cuando un periódico americano publicó la existencia de una hija de Maciel que tanto el Vaticano como la congregación no tuvieron otro remido que reconocer a regañadientas lo que había hecho este loco. Años y años de abusos sexuales, psicológicos y espirituales con víctimas al interior y al exterior de la congregación. Hombres, mujeres y niños pasaron por las garras de este depredador sexual, sin que el Vaticano hiciera algo. Al final Maciel murió con todas las atenciones médicas y materiales de un hombre rico en Florida. Murió sin haber pagado en lo mínimo todo el mal que cometió.

Durante mi estancia en la congregación no recibía dinero y no me era permitido recibir. Cuando eso pasaba debía de ser entregado a los superiores porque un religioso debía de ser “pobre.” (En eso sí no se nos permitía seguir el ejemplo de Maciel que disponía de grandes sumas de dinero a su antojo).

Para esta secta había dos prioridades que eran el dinero y encontrar nuevos miembros. Por más de una década trabajé en la búsqueda de dinero visitando a personas mayores en Europa por medio de viajes que duraban meses. Nos mandaban a poblados en el norte de Europa para visitar a personas que aportaban por correo engañadas por la información que la secta enviaba constantemente. A nosotros nos rentaban un auto, nos daban unas computadora con una lista de donantes y nos decían que nos arregláramos para ver en dónde dormir, qué comer y traer cómo mínimo 10,000 euros semanales. Éramos abandonados a nuestra suerte.

Fueron muchos años de tortura psicológica y espiritual que la Legión de Cristo causó a sus miembros avalada por el Vaticano y las diócesis en todo el mundo en donde se les ha permitido trabajar. Incluso se violaban reglas internas de la Iglesia frente a muchos de sus grandes representantes. Una de esas reglas es que superior y confesor no fuesen la misma persona, cosa que siguió pasando hasta el 2010. Lo peor es que la estructura Legionaria sigue causando mucho daño sin que el Vaticano y muchos gobiernos hagan algo al respecto.

La gran mayoría de las víctimas guardamos silencio de todo lo sucedido allá adentro y del daño que hemos sufrido, primero porque es muy difícil entender lo que nos pasa y segundo porque no encontramos un canal adecuado para que se nos haga justicia. Por más que se habla dentro de la Iglesia Católica de este grupo y otros grupos sectarios destructivos dentro de la misma, el Vaticano se hace de oídos sordos al momento de impartir justicia y ayudar a las víctimas.

Cuando dejas a la Legión de Cristo eres abandonado a tu suerte. Si bien te va, te dan 7,000 dls para reconstruir tu vida. Cabe destacar que en los países en donde operan no pagan seguridad social para sus miembros y no los inscriben a un plan de retiro, porque en teoría ellos se encargarán de ti. Lo que no te dicen es que cuando sales de la organización sales en un estado casi de indigencia sin dinero y nada de derechos legales acumulados durante el tiempo que estuviste con ellos. Por desgracia en muchos grupos dentro de la Iglesia Católica existe esta realidad que el Vaticano no quiere afrontar por todo el dinero que implicaría.

Con este artículo quiero ayudar a que más personas se cuiden de cultos en el interior de religiones como la católica. En momentos, se piensa que sólo cierto tipo de personas vulnerables pueden caer en ellos, cuando eso no es cierto. Grupos como la Legión de Cristo trabaja con la élite mundial y capta desde hijos de príncipes hasta jóvenes de poblaciones agrícolas.

Dejo en claro algunos elementos de estos grupos que ya operan en cualquier ramo de la sociedad: (religioso, político, económico, etc.)

1. Idealizan a una persona, en especial al fundador (ra). Suelen ser grupos que muchas veces presentan la bueno que es el líder y hablan tanto de él que se pierden en lo que deberían de ser los fundamentos de su organización. Por ejemplo si es un grupo religioso hablan más del fundador y de sus virtudes que del mismo Jesús. O si es un grupo económico, exaltan más a ciertos líderes que al sistema, como pasa en algunas compañías piramidales.

2. Presentan un modelo “ideal” de vida que sólo se puede encontrar con ellos. Si alguien no está de acuerdo es señalado como el ignorante o el traidor. Pasa por ejemplo en algunos modelos de redes de mercadeo en donde insisten en que entres con ellos de otra forma no te superaras en la vida, etc.

3. Hay un constante lavado de cerebro. Convenciones, podcast, libros, charlas, etc. Todo con el fin de ir penetrando el subconsciente de la persona que se acerca para cambiarle su realidad. En el caso de grupos como la Legión de Cristo eso se aplica de una forma más agresiva porque tiende a aislarte de la sociedad y de tus seres queridos con el fin de “santificarte” cuando en el fondo es una manera de hacerte vulnerable y llenarte la cabeza con lo que ellos quieren.

4. Presentan la realidad en blanco y negro y ellos son el parámetro último para decidir lo que está bien y mal.

5. Operan con constantes amenazas y suelen hacerlas de forma sutil. “Si dejas al grupo no serás feliz” “Si dejas la LC traicionas el plan de Dios para tu vida” (Palabras textuales de Marcial Macil repetidas en un sin fin de ocasiones)

6. Quieren controlar tu tiempo y tu espacio. Cada vez más a más compromisos, más tiempo a dedicar, más dinero que dar etc. Se van apoderando de ti y de tu tiempo cada vez más.

TOM (ex miembro de Legionarios de Cristo)

Actualmente colabora desde su país con RedUNE.

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