PREVENCIÓN DE TERAPIAS NO ACREDITADAS Y DEL INTRUSISMO PROFESIONAL EN EL AMBITO DE LA SALUD

Esta realidad está provocando gran dependencia hacia estos embaucadores,los cuales se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas y actuan con procederes coercitivos hacia las mismas y sus familias. Con los consiguientes problemas financieros para sufragar “dichos tratamientos” ,agravamientos de la personalidad, descontrol en aspectos de la salud, etc. En nuestra sociedad acomodada, constatamos la insatisfacción que genera la aceptación de nuestras enfermedades. El recurso a otros tratamientos, mediante  pseudoterapias así como el uso de "métodos de sanación" científicamente no demostradas en la curación de dolencias, están al orden del día.

Por desidia institucional y por desconocimiento social, estamos contribuyendo a un gran negocio de “economía sumergida” que opera, desde el "intrusismo profesional “y sin que nadie le ponga coto,  en la práctica se ha convertido en mayor o menor medida en “grupos dispensadores de tratamientos".

Estas entidades crean falsas expectativas y juegan con las ilusiones de muchas personas. Y lo que es mucho peor, manipulan la personalidad vulnerable, con grave riesgo para la salud física y mental.

Países de nuestro entorno europeo regulan el campo alternativo de la salud y sobre todo de las nuevas psicoterapias. De esta forma cualquier grupo, entidad o persona física tienen que acreditar una formación y titulación legalmente reconocida por las instituciones competentes.

Entre las circunstancias que operan dentro de estas prácticas, hay muchos tratamientos que abusan de los pacientes saltándose cualquier  secreto profesional. No se fundamenta en ningún consentimiento informado, adolecen de poca o nula claridad financiera, sus responsables tienden a manipular sus credenciales profesionales y, fundamentalmente, no promueven la autonomía del paciente sino más bien persiguen descaradamente conducirles a un estado de mayor dependencia, para asegurarse la clientela de forma definitiva.

En estos tratamientos, el método no se fundamenta en una técnica contrastada sino que suele exigir del paciente un proceso de conversión no especificado de antemano. Tales tratamientos son promocionados a través de un lenguaje en el que se manejan términos complicados que suenan a algo serio o incluso científico, aunque en la práctica suelan ser reduccionistas y acientíficos. Presentándose como tratamientos que buscan la raíz del problema en realidad manejan listados sintomáticos y libros de remedios; no existe tampoco una clasificación precisa, sino que suponen que diferentes enfermedades responden a una misma causa, añadiendo el que tan sólo su propuesta es válida para tratar todo tipo de enfermedades.

Las pruebas de la supuesta bondad de tales propuestas provienen, en su gran mayoría, de situaciones anecdóticas, casos aislados y testimonios de particulares, sin validación o punto de contraste alguno. Estas técnicas suelen aplicarse sobre trastornos crónicos o de difícil solución, encontrando ahí gran parte de su supuesta acción curativa.

LA SITUACIÓN ACTUAL FAVORECE entre otras cosas:

-Cualquier advenedizo puede practicar la "medicina alternativa " o la "terapia psicólogica", así como se puede publicitar e impartir numerosos cursos fraudulentos”. Sólo basta acercarse a las Redes Sociales para su comprobación. Un alto porcentaje de estas incitan a dejar tratamientos pautados, realizar cuarentenas alejadas del ambiente familiar con el consiguiente abuso psicológico de las personas más vulnerables.

-Se lleva a la práctica tratamientos de psicología clínica, por parte de personas sin ninguna titulación académica homologable. Son innumerables las pseudoterapias que se presentan en diversos medios y Centros de Crecimiento Personal.

-Intrusismo profesional permanente (incluso la gente tiene temor a denunciar por vergüenza, miedo, etc.)Prefieren olvidar el tema, y con ello indirectamente favorecen el que estas personas sin escrúpulos sigan con su negocio.

-Efectos secundarios en relación a métodos y medicamentos empleados, cuyas reacciones adversas perjudica la salud. En algunos casos a estos tratamientos, son expuestos a menores de edad. Con el señuelo de ciertas curaciones en el ámbito nutricional y otras patologías clínicas. Cuando no, se les plantea la curación de procesos oncológicos terminales, por imposición de manos o métodos de sanación.

Desde la Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (RedUNE),proponemos a nuestras instituciones autonómicas y nacionales, relacionadas con la Salud y el Consumo:

A.-Acreditación profesional, por parte de Instituciones académicas reconocidas

B.-Control de posibles efectos adversos de los tratamientos impartidos.

C.-Regulación de dichas prácticas, por el bien de los pacientes y de la sociedad en general. (En la actualidad hay una desprotección total ante los efectos que está generando todo esto).

D.-Establecer formación académica para acceder a la profesionalidad reconocida y apertura de Centros.

E.-Evitar el permanente intrusismo en el ámbito de la salud y la psicología.

F.-Deben estar dirigidos por un profesional sanitario oficialmente titulado y con amplia experiencia y ética demostrada.

G.-Los terapeutas tendrán que acreditar la formación y experiencia ante una Comisión de Evaluación. Este organismo, y su actuación será consensuada con los Colegios de Medicina, Enfermería, Fisioterapeutas y Psicólogos, que serán los encargados de acreditar, también al Centro en el que se ejerce la Terapia.

H.-No subvencionar desde instituciones dependientes del Gobierno nacional y  autonómicos, cursos y prácticas pseudoterapeuticas. Desde el ámbito de la protección del consumidor se debe avalar procedimientos acreditados oficialmente por departamentos científicos y de salud pública.