CAMINO UNIVERSAL (Orden del Temple de la Jerusalén Celeste)

La ciudad española Santiago de Compostela, situada en el “finis terrae” del mundo antiguo, acoge desde la Edad Media en su Catedral, los restos de Santiago el Mayor, uno de los apóstoles de Jesucristo. Desde entonces, ha sido uno de los principales focos de peregrinación del mundo cristiano, dando lugar a una ruta diversa y universal llamada “Camino de Santiago”.
 
Cada vez que el 25 de julio -festividad de Santiago- cae en domingo, la Iglesia proclama un Año Jubilar. Es el caso de 2021, que ha sido prorrogado por el papa Francisco hasta 2022 atendiendo a la situación de pandemia. Y en pleno Año Jubilar Compostelano, se multiplican las ofertas de peregrinación con motivo religioso; asimismo otras propuestas turísticas y de ocio, totalmente seculares. Pero también abundan iniciativas de tipo espiritual no cristiano, frecuentemente vinculadas a una interpretación mágica y esotérica del Camino de Santiago (algunas lideradas por sectas). Conviene entonces informarse y estar alerta, para evitar la confusión.


Camino Universal.

“Caminamos por la Universalidad”. “Camina en conciencia cada continente con un objetivo común”. Éstos son los reclamos que aparecen en la página de Internet de un particular grupo que se autodenomina: “Camino Universal Santiago de Compostela”. Proponen una peregrinación no religiosa, que en contraste presentan como “una marcha iniciática de ascensión, de búsqueda de conciencia y de liberación hacia la fuente original porque vamos al reencuentro y a la unión de todas las humanidades, de todos los seres”, citan en su portal. Ni una referencia al apóstol Santiago, a Jesús, a la fe o al cristianismo; sino un total abuso y travestismo de la fe católica, la historia y la tradición.
 
El símbolo del grupo es una especie de flor con cinco pétalos que representaría, con colores distintos, a los cinco continentes. Sus responsables proponen “hacer una marcha de 5 días, creando un presente y un futuro con la vivencia de los valores universales, compartiendo actividades que nos permiten abrir nuestra conciencia hacia una dimensión más amplia de nosotros mismos, descubriendo y reconociendo realidades que están inscritas en nuestro ADN, en nuestro ser profundo”, proponen. Porque, afirman, “las Leyes Universales permitirán a la humanidad reencontrar su unidad”.
 
Con la expresión “Leyes Universales” se refieren a los principios éticos y normas de vida que “han sido dadas desde el comienzo de la humanidad y en todas las religiones”; ya que cada ser humano -prosiguen- ha de “vivir en sí mismo la creación, el orden y el origen divino inscrito en su corazón”. El Camino de Santiago sería para ellos, por lo tanto, una ruta que sirve al autoconocimiento y la trascendencia -en el más puro estilo esotérico New Age-, pues, al profundizar en las Leyes Universales, el individuo podría “despertar y comprender la naturaleza divina en el humano y aplicarla”, sentencian los gurú de este grupo en el referido portal web.
 
Publicidad dirigida a los “buscadores”

Según informa la página web del grupo Camino Universal, su propuesta comenzó en el año 2006 tras una peregrinación de personas de diferentes países a Compostela, en lo que llamaron “el Camino del Hombre Universal”. Lo simbólico, dicen, tuvo un gran peso en su ruta: “realizamos el camino llevando una Rosa Blanca como símbolo de Paz” y la habrían ofrecido en la Catedral de Santiago. El año siguiente llamaron a su periplo: “Marcha Universal a Santiago de Compostela”. Y desde entonces lo organizan de forma anual.
 
Su propuesta es muy concreta: cinco caminos diferentes, uno por cada continente, que convergen en Compostela. Los cinco deben partir de localidades cercanas, para posibilitar que el itinerario incluya caminar durante cinco jornadas y encontrarse todos, el quinto día, en la ciudad que custodia los restos del apóstol. En ningún momento se aclara qué entidad o asociación está detrás. Sólo leemos mensajes de paz y amor universal, buenos deseos y fraternidad.

A pesar de ello, son muchos los concejos y ayuntamientos (gobiernos municipales) que colaboran con este esotérico Camino Universal, tal como aparece en la web del proyecto: Santiago de Compostela, Irixoa, Aranga (A Castellana), Curtis, Frades (Ponte Carreira), Oroso (Sigueiro), Cea, Dozón, Lalín (Mauriscade), Silleda (Bandeira), Boqueixón (Lestedo), Poio, Meis, Caldas de Reis, Valga, Teo (Calo), Laxe, Zas (Baio), Santa Comba, Bembibre, Muros (Esteiro), Serra Outes, Rois (Urdilde), Ames (Bertamiráns), Lleida, Alcarràs, Alpicat, Artesa de Lleida, Sunyer, Vilanova de la Barca, Segovia y Real Sitio de San Ildefonso. También las diputaciones provinciales de Lleida y Segovia... y otros organismos como la UNESCO, Cruz Roja, el Consorcio del Turó de la Seu Vella de Lleida, la Universidad de Lleida, la Biblioteca Pública de Lleida y el Instituto Municipal de Deportes de Segovia. Sumando, además, entidades privadas y empresas.

“Disponemos de 125 plazas. 25 plazas por vía”, dice su publicidad. Este año el Camino Universal se realizará en agosto. Sus redes sociales ya están en marcha para que las personas en búsqueda espiritual o de “algo más” en su vida puedan encontrar esta iniciativa aparentemente tan atractiva. “¿Nos acompañas?” es el reclamo. También en tiempos de pandemia y distanciamiento social: “Este año prepárate con tiempo y ‘camina en conciencia’, comparte la experiencia, medita… conecta con tus sentidos y disfruta a cada paso que das…”. Algo interesante y apetecible a primera vista.

Una secta "templaria".


La realidad, sin embargo, va más allá. Según acaba de desvelar un ex adepto español a través de la asociación RedUNE –que ayuda a víctimas y afectados del fenómeno sectario–, detrás de esta iniciativa del Camino Universal se encuentra un grupo esotérico llamado Orden del Temple de la Jerusalén Celeste (OTJC) –aunque el testigo aclara que posiblemente haya cambiado de nombre después de su abandono, una práctica habitual–. Ésta era la percepción que tenía cuando estaba dentro: “nos referíamos a la organización como La Orden. En el imaginario de esta sociedad secreta, esta organización es una reencarnación de la Orden del Temple original”. ¿Y cuál es el señuelo que ofrece la secta para captar a sus neófitos? Asegura que “guarda los misterios de cómo influenciar ‘energéticamente’ en el devenir de los acontecimientos mundiales”.

Son muchos los movimientos que afirman descender de los templarios, los monjes soldados de la antigua Orden del Temple, que fue suprimida por el papa Clemente V en 1312 tras un proceso muy discutido. No sólo eso: el pontífice decretó que si alguien dijera entrar en la orden o vistiera su hábito o se comportara como un caballero templario, incurriría en excomunión automática (bula Vox in excelso). Por eso la Santa Sede nunca ha vuelto a aceptar la existencia de ninguna orden heredera del Temple, y en 2012 volvió a recordarlo oficialmente. La mayor parte de los que dicen ser templarios en la actualidad forman parte de grupos esotéricos y ocultistas... e incluso algunos son ramas de la masonería, sin relación con la Orden medieval, por mucho discurso historicista que empleen.

Éste es el caso de la OTJC, que tiene su origen en el surgimiento de una importante corriente neotemplaria en Francia en 1952, tal como revela ahora el ex adepto. Cabe destacar que, entre los diversos grupos que surgieron, el que se hizo más célebre –tristemente– fue la Orden del Templo Solar, protagonista de varias masacres en la década de los 90. En cuanto a la OTJC, está dirigida por un matrimonio que ha convencido a sus seguidores de que son la encarnación de la Consciencia Universal (el esposo) y la Substancia Universal (la esposa), y se presentan ante ellos “como seres semidivinos, con capacidades sobrehumanas”.

Típica doctrina New Age, típico funcionamiento sectario.

No se trata de un grupo que transmita un esoterismo pretendidamente antiguo, a pesar de su parafernalia. En realidad, sus enseñanzas se corresponden con lo más extendido de la Nueva Era, ya que plantea la evolución personal de los miembros como “una vía de ascenso energético a través de cinco niveles” en la que entran en juego los dos elementos que forman la realidad, “el entramado energético que separa los dos mundos: el lado cruz, el mundo material, y el lado cara, el mundo espiritual”. Como puede verse, términos propios de la espiritualidad esotérica contemporánea... que en la secta se imponen por provenir de una revelación sobrenatural: “la orden basa todos sus trabajos en las canalizaciones de Danièle” (Danièle Didier, la mujer que la dirige junto a su esposo; en imagen sobre este párrafo).


El ex adepto de la OTJC explica el funcionamiento interno –imposible de conocer sin su testimonio, ya que se trata de una secta con forma de sociedad secreta–: “trabajos” que consisten en meditaciones y rituales para ascender energéticamente y poder utilizar esas energías para influir sobre la realidad personal y mundial. Y siempre con “mucha presión y culpabilidad”. Poco a poco el adepto va subiendo a sucesivos niveles, más restringidos, y a algunos de ellos sólo acceden parejas. “Y aquí la cosa se vuelve turbia, porque me consta que hacen uso de técnicas sexuales para lograr la ‘androginia’, el fin último de esta Orden”, aclara. Por otra parte, tienen creencias sobre la existencia de otros mundos y sobre el advenimiento del “Señor de Luces”, lo que trae consigo actitudes mesiánicas y hasta apocalípticas.


Según esta víctima de la OTJC, la secta “hace uso del abuso psicológico, la coacción de grupo, la presión en la vida ordinaria, como forma de manipulación”. Empezando por otorgar un nombre iniciático a los adeptos y aprovechar esto para reiterarles después su falta de acomodo en esa nueva identidad. Él formó parte de la secta en pareja, y afirma que su relación “fue un auténtico infierno, debido a las presiones del grupo”, y la insistencia obsesiva en los arquetipos masculino y femenino según los postulados de la Orden “rompió nuestra relación por diversos reproches y una constante tensión”.



La OTJC se basa principalmente en el secretismo y se aprovecha del desconocimiento sobre su existencia para poder moverse sigilosamente en la sociedad a través de diferentes “paraguas legales”, tal como explica el ex adepto. Así pueden, por un lado, acercarse a personas que tengan ciertos intereses para ofrecerles el señuelo de la meditación, las artes marciales, los libros de autoayuda y espiritualidad, etc. Por otro lado, esto les sirve para lograr apoyos puntuales de administraciones públicas y otras instituciones, que lo hacen sin conocer el verdadero trasfondo del grupo. Éste es el caso del Camino Universal, que parasita un trayecto de peregrinación cristiana para difundir su interpretación esotérica del Camino de Santiago y captar adeptos.

  
 

 

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